9/1/08

Palabras para Julia



El segundo mejor regalo que un padre puede hacer a su hijo, bajo mi punto de vista.



Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía, es mejor vivir
con la alegría de los hombres,
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Un hombre sólo, una mujer así,
tomados de uno en uno,
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti,
cuando te escribo estas palabras,
pienso también en otros hombres.

Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella,
tú verás como a pesar de los pesares,
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname, no sé decirte,
nada más, pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre, siempre, acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
José Agustín Goytisolo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Magnífica propuesta, Bluemoon! ¡Y qué dramática la figura de J. A. Goytisolo en su etapa última, frente al triunfador oficial que es su hermano Luis y al presunto -en mi opinión, sólo presunto, no real- marginado que es Juan!

María José dijo...

Dramática sí, y se une así a la nómina de escritores que sienten la vida a flor de piel,sin anestesia, sin capas protectoras.
Pienso en Unamuno y cuando decía que le dolía España y en Carmen Martin Gaite cuando decía que no se podía vivir al raso.
Saludos y gracias