12/12/07

Pensamiento en voz alta

Soy un personaje gris.Los musos me abandonan (si es que alguna vez estuvieron).
Recuerdo por cierto Chunking Express, y me lo recuerda el hecho de que el otro día cierto ser que habita en el Olimpo pasara rozándome por la calle Uría.
Tardé tiempo en darme cuenta que corría al Paraninfo, al encuentro-desencuentro literario.
Besos a todos

3 comentarios:

Juan Manuel Macías dijo...

Está genial eso de los "musos". Normalidad lingüística, ante todo. Los musos y las musas siguen sus propias reglas. Inútil dirigirlos, pero en el momento en que menos te lo esperas, aparecen. Saludos.

Anónimo dijo...

¿Estás segura de que habita en el Olimpo? ¿Y no te planteas que esa presunta condición suya -que le atribuyen otros o, incluso, se pueda autoatribuir- sea sólo una coartada para vivir muy intensa, muy interesada y muy egoístamente lo más terrenal y material? Yo, por si acaso, no sería tan ingenuo y creería menos en los dioses o diosecillos, sobre todo cuando son humanos (¡y no digamos si son ateos!).

María José dijo...

Es una visión personal y por tanto subjetiva, pero supongo que es la distancia lo que nos hace endiosar a la gente.
Cualquier mito puede bajar de su pedestal si te lo imaginas en casa, con zapatillas de cuadros.
No describiré otros momentos en las que todos dejamos de ser dioses, tan humanos....

Besos

PD: No creo que alguien no sea nada de algo, es decir, incluso los ateos tienen sus propios dioses. Es posible que no se llamen Alah, ni Jesucristo.....adaptan otras formas y son igualmente adorados.
Igual son idólatras (bonita palabra).

PD: Qué retorcida y pedante me pongo a veces¡¡¡Lo sé. ;)